"Acercamos la Fruticultura al Mundo"







Valor Agregado para ser Competitivos
Latinoamérica en los próximos veinte años debe llevar a cabo un cambio en la manera de comercializar sus productos agrícolas, esta afirmación se debe a que muchas veces los precios internacionales que imponen las grandes potencias, o las abundantes cosechas, no son beneficiosos para los pequeños productores de nuestro país.
Por ejemplo, mientras China se prepara para impulsar su industria manufacturera alimentaria, deberá proveerse de importantes cantidades de productos agrícolas, por lo que en el mediano a corto plazo, nuestra posición es ventajosa, ya que, estamos en condiciones de proveer esos productos. Pero en este caso, Latinoamérica, más precisamente la Argentina está s ujeta a aceptar los precios que le imponen los países más fuertes.
Tanto es así que China podría alcanzar su auto suficiencia de productos manufacturados agrícolas y dedicarse a importar productos primarios sin manufacturas.
Es aquí donde tenemos la posibilidad y la oportunidad de comenzar a producir artículos de consumo final a partir de productos agrícolas primarios, permitiéndonos, dar valor a agregado a nuestros productos, trabajo a nuestros habitantes e independencia de precios que imponen las potencias agrícolas. Por lo que se rompería el círculo vicioso de aceptar los precios internacionales de las materias primas.
China actualmente posee líneas de crédito muy accesibles para financiar empresas y proyectos pilotos de desarrollo agrícola.
Un objetivo real del gigante asiático es satisfacer el 95% de la demanda de granos, demostrando así su fuerte convicción y planes políticos y económicos para autoabastecerse de materias primas.
Con este contexto de cambios y oportunidades, es que la Argentina debe decidir si comienza a agregar valor a sus productos mediante políticas concretas, dejando de ser para el comercio mundial el “granero del mundo” y convertirse en el “supermercado del mundo”. La opción correcta sin duda es exportar productos de origen agrícola con alto valor agregado, adaptados al gusto de los mercados destinos.
Un mercado más que atractivo por su presente y su futuro es China , que aunque ya se da por sentado que tarde o temprano las industrias agrícolas se instalaran en el país asiático, al igual que sucedió con otras industrias, pero no debe dejarse de notar que siempre se abren nuevas oportunidades si es acertado el nicho de acción elegido.
Por el momento, el país asiático no puede cubrir toda la cadena agroalimentaria, pero con los abundantes recursos que dispone, acabará teniéndola.
En 2003 China exportó 15,2 millones de toneladas de maíz y en 2009 un poco menos. Según algunas estimaciones, China ha perdido entre el 5% y el 6% de su superficie agrícola por el exponencial crecimiento de sus ciudades, a lo que hay que añadir el cambio en la dieta de sus habitantes, cada vez más occidental.

En la actualidad, sus 1.200 millones de habitantes consumen más carnes rojas, lácteos y harinas procesadas. Pekín estaría poniendo un alto interés en importar los productos que exigen amplias extensiones y poca mano de obra, como la soja, y cultivar, en cambio, frutas y vegetales. China es actualmente el cuarto productor mundial de soja, el segundo de maíz y el primero de trigo, pese a lo cual este año deberá importar 49 millones de toneladas de soja.

La clave estará en el despegue de la clase media china que, desde los 200 millones de ahora alcanzará a 600 millones de personas para 2025, y ello significará alimentos abundantes y baratos.
Hernán G. Pestrin